La traducción jurada ha adquirido recientemente una gran importancia debido al comercio internacional, la creación de bloques político-económicos, la migración y el turismo. ¿Pero qué es eso? Es sobre este profesional que Global Languages hablará en este artículo.

¿Qué es la traducción jurada?

Una traducción jurada se reconoce generalmente como una traducción oficialmente aceptada de un documento jurídico o de cualquier documento que deba ser aceptado en una situación jurídica, como certificados de nacimiento, certificados académicos o declaraciones. Las traducciones juradas siempre son necesarias cuando una traducción se va a utilizar para fines administrativos o requisitos gubernamentales.

No existen reglamentos fijos sobre las traducciones juradas, ya que los requisitos dependen del país en el que se utilizarán y, por lo tanto, los reglamentos pueden cambiar según el lugar. Por eso también podemos referirnos a este tipo de traducción como certificada, pública u oficial, dependiendo del proceso de traducción para el país de destino.

Sin embargo, se requieren algunos procesos diferentes para validar una traducción en función del país de origen de la misma y del país al que se entregará el documento final.

El traductor jurado

Una traducción puede considerarse oficialmente certificada si el documento ha sido traducido por un “traductor jurado”. Hay algunos países como España, Francia u Holanda en los que un traductor se convierte en traductor jurado prestando juramento ante un tribunal, de modo que sus traducciones son aceptadas como una versión completa y fiel del original y de acuerdo con las leyes requeridas.

Estas traducciones también incluyen la firma y el sello del traductor. En países como Brasil, el Reino Unido o los Estados Unidos, esto no existe. En este caso, una traducción puede ser certificada si es firmada por el traductor en presencia de un abogado o un notario; sin embargo, el abogado o el notario no garantiza la veracidad del documento; por el contrario, el traductor que lo firma asume toda la responsabilidad.

Apostilla de La Haya

Para facilitar y agilizar este proceso, la Convención de La Haya de 5 de octubre de 1961 estableció la Apostilla de La Haya, que es un sello o formulario impreso que contiene diez campos estándar numerados. Asegura que todos los documentos de los órganos administrativos o judiciales de cada uno de los 51 países que lo han firmado son válidos en esos países.

Por lo tanto, cada traducción jurada debe venir con esta garantía para ser efectiva. Esta apostilla certifica que la persona que envía la traducción, actúa como testigo del documento y da fe de la exactitud, integridad y valor oficial del documento.